domingo, 16 de diciembre de 2018

Mirarnos a los ojos, brindar, darnos un beso y bebernos toda la cerveza, ¿te acuerdas de ese ritual?
Desde que nuestra bizarra historia empezó, teníamos fecha de caducidad. De hecho está a punto de terminar todo aquello que solemos ser.
No sé quién de los dos se irá más lejos. Si todo me sale mal, tú serás quien gane, y si todo me sale bien, yo seré quien más lejos se largue. Es curioso que pase lo que pase, te acabaré perdiendo.
Una vez te hayas marchado, te olvidarás de nuestro ritual, te olvidarás del idioma, pero antes de esto último, te olvidarás de mí.

domingo, 9 de diciembre de 2018

Mirarnos a los ojos, brindar, darnos un beso y bebernos toda la copa, ese era nuestro ritual, uno que le daba sentido a la cerveza y un mejor sabor a la vida, o creo que era al revés. Sea como fuere, me gustaba esa pequeña rutina en la que caíamos con cada copa.
Empezamos la noche brindando, por ti, luego tuvimos tiempo para romper el hielo y acabar la madrugada brindando por los dos.

martes, 27 de noviembre de 2018

Como dije anteriormente, querida, estaba en mi particular catábasis. Había llegando en un momento en el que solo podía subir, pero empecé a cavar intentando demostrar que podía llegar más bajo, y créeme que podía.
Con mi vida en punto muerto, tan muerto como ciertas partes de mi interior, me encontraba sin solución.
Una fuga sucedida tras un impulso me llevó a verme en otra ciudad.
Perderme sin rumbo y sin prisas por las calles, con Buena Vista Social Club como banda sonora, era como estar en las nubes.
Quizás Málaga, y todo lo que ha conllevado, era el comienzo de la redención que no buscaba pero sí necesitaba.
De aquí en adelante todo dependerá de mí y aquella suerte que solía tener. Pero al menos, ese punto muerto empieza a cambiar.

Querida Málaga, el cariño que te tengo no te lo puedo negar.

sábado, 17 de noviembre de 2018

Me he pasado años sabiendo lo que soy, nunca lo he negado, lo único que he hecho ha sido ocultarlo.
Créeme cuando te digo que todos esos años he luchado por arrancar de mi interior aquello que más daño hacia, y no solo a mí.
Creí haber vivido un momento en el que estaba preparado para hacerlo, un momento no tan lejano, de hecho, fue esta misma semana. También he vivido otro momento que me ha hecho abrazar esa parte de mí que tanto odio.
Querida, si en mi peor momento mirándote a los ojos admití ser peor de lo que soy, mientras tú me lo negabas con toda tu fe, es que realmente lo soy.
Siento haberte sido sincero tan tarde, yo siempre daba lo mejor cuando más tarde era.
Si hace unos días estaba completamente seguro de saber quién quiero ser, hoy estoy dudando en deshacerme de lo peor de mí, o abrazar aquello que realmente soy.
Mientras tanto, seguiré tomando malas decisiones a la par que me tomo unas cervezas.

viernes, 16 de noviembre de 2018

Querida, mis errores me han llevado a mi catábasis. He tocado fondo y no me veo subiendo, es más, creo que he empezado a cavar a ver si puedo llegar más bajo.
Encerrado en mi particular infierno, más jodido que nunca, pero queriendo aparentar que disfruto del calor que me da, fingiendo que no hay llama que me haga arder. Al fin y al cabo llevaba años ardiendo por dentro.
Años fallando sin querer o a veces a propósito, sin intención alguna de solucionar aquello que yo iba destruyendo, hasta acabar destruyéndome a mí mismo.
Quise dar a pensar que yo era imposible de tumbar, y lo era, pero hay cosas que caen por su propio peso, y yo, me derribé.
Te diría que vendería mi alma por ti, pero seamos sincero, nunca tuve una. Pero sí que hay algo que quiero decirte, daría todo lo que viví por volver a vivirte una vez más.
Me despido sin pedirte perdón, puesto que perdí todo derecho a poder dirigirte la palabra.